Nos toca hoy ver la tercera y
parte más importante, pues nos adentramos en el meollo de la cuestión, el arte
de aprender a elegir bien.
Para ello hemos de recordar de
entradas anteriores tenemos que tener una actitud positiva, una actitud hacia
la vida para poder tomar buenas decisiones. Por otro lado hemos de ser
consciente de la dificultad del tema que tratamos pues entra en juego nuestras
luchas con los temores básicos, compulsividades (impedimentos psicológicos),
complejos, autoestima,etc.
Discernir es un arte y una
técnica, arte porque hay personas que tienen la capacidad innata de elegir y
técnica porque se puede llevar una metodología para poder alcanzar nuestro
propósito. Veamos pues la metodología de la elección.
El arte hecho método, la
metodología de la elección
1º Establecemos las alternativas:
Lo primero que tenemos que hacer
es ver las alternativas antes la que tenemos que tomar una elección. Las características
de las mismas son: a) Han de ser viables, realizables, que es lo mismo, que
tenemos y existen los recursos para llevarlas a cabo. B) Las alteranativas
tienen que ser contrarias entre sí, no se pueden realizar simultáneamente.
¡Ojo!, si hay más de dos, hay que
reducirlas a dos.
2º Análisis de los pros y
contras:
Una vez puestas las alternativas
hay que establecer 4 columnas, para ir colocando los pros y las contras de cada
una de las dos alternativas.
3ºBuscar la que tiene más peso
racional:
Hay que hacer un balance racional
determinando que opción pesa más a la hora de elegirla como factible.
4ºPre-lección:
Tengo ahora que ser capaz de
confirmar la opción tomada, para ello es necesario (que seguro que lo
encontramos) encontrar a alguien que me pueda ayudar a confrontarme lealmente y
con la realidad.
5ºConfirmación conmigo mismo, con
mi propio ser.
-¿Qué
experimento?.
Ahora
me toca ponerme en frente con mi pre-elección (visualización-Focusing, etc.).
La finalidad es ponerme ante mi decisión imaginando que la estoy desarrollándola,
y lo hago a través de la visualización, de captar palabras, olores, efectos,
etc. La finalidad es que me observe, sienta, etc.
-La
vinculación psicológica.
“Una
vez detectado lo que me pasa y cómo se ha originado esta sensación, tengo que
analizar cuál es la relación de la pre-elección con mi parte herida y vulnerada,
por una parte, o con mi compulsividades o mecanismos de defensa, por otra. De
no hacerlo así estaré confundiendo básicamente mis decisiones con todo ese
mundo inconsciente que me hace actuar. La decisión correcta debe estar afincada
en lo más profundo mío, en el pozo de mis cualidades”
En otras palabras hemos de
detectar que la pre-elección es acorde con mis cualidades, con mis carismas,
con mis dones.
-Verificación de esa pre-elección
(“verificación de ese derrotero”):
Ahora toca verificar mi
pre-elección teniendo en cuenta distintas dimensiones,
*Nivel de sensibilidad: ¿Cuánto me
gusta?, ¿cuánto me cuesta?, ¿cuánto soporto los inconvenientes de la decisión?
*Nivel de mi cuerpo: ¿cuánto
puedo? ¿Cuánto me sobrecargo? ¿Tengo las cualidades para realizar esa decisión?
*Nivel de la voluntad: ¿lo quiero
lo quiero sin presiones?, ¿sin voluntarismos? ¿Me siento libre? ¿va todo esto
con las actitudes básicas frente la vida?
*Nivel de mi ser: ¿me identifica
con lo más hondo mío? ¿Cómo esto se apoya en el pozo de mis cualidades?, etc.
*Nivel de la conciencia: ¿Me da
paz profunda esta decisión? ¿Me deja tranquilo a la hora de mi muerte? ¿Hubiera
elegido otra alternativa?, etc.
*Nivel de la vida de los demás: ¿esto
trae vida a las demás personas?, etc.
Confrontación con lo elegido:
Me queda confrontarlo con alguien
que me conozca y me respete, familiar, experto, etc. Por otro lado veo las
implicaciones prácticas: ¿Cuáles son las exigencias, frustraciones,
retribuciones a todos los niveles?
Conclusiones personales
A la hora de leer y trabajar este
tema me he percatado de la dificultad que tenemos entre manos cada vez que
tomamos una decisión fundamental en nuestra vida. Una elección puede llevarnos
a elegir entre lo que nos queremos llevar de un supermercado, a la elección de
un coche, de unos estudios, o incluso de un trabajo.
En mi humilde opinión, aquí hemos
hablado de las grandes elecciones que conlleva discernimiento. Desgraciadamente
en los tiempos que corren, muchas veces, tener que elegir, es un lujo del que
no pueden presumir mucho. Pongamos el ejemplo de ese trabajo que explota al
empleado y que paga mal, "¡pero es lo que hay y no hay más!".
Espero que les sirva lo escrito aquí
y si a alguien le ha ayudado le agradezco que me lo comente.
Un fuerte saludo desde mi corazón.
Fuente: Sacado y comentado desde el libro, "14 aprendizajes vitales" Carlos Alemany (editor)
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