Los muertos son egoístas:
Hacen llorar y no les importa,
Se quedan quietos en los lugares más inconvenientes,
Se resisten a andar, hay que llevarlos
a cuesta a la tumba
como si fueran niños, que pesados.
Inusitadamente rígidos, sus rostros
nos acusan de algo o nos advierten,
son la mala conciencia, el mal ejemplo,
lo peor de nuestra vida son ellos siempre, siempre.
Lo malo que tiene los muertos
es que no hay formas de matarlos.
Su constante tarea destructiva
es por esa razón incalculable.
Insensibles, distantes, tercos, fríos,
con su insolencia y su silencio
no se dan cuenta de lo que hacen.
Ángel González
Pomas o menos 1985
En uno de estos paseós por mis recuerdos he cogido un poema del escritor español Ángel González, sus poemas con tintes irónicos siempre me han atraído...
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